Caso Clínico #60: hemoptisis de las Sierras
Hombre de 54 años con insuficiencia cardíaca chagásica, clase funcional III, bajo tratamiento con restricción hidrosalina, bisoprolol, enalapril y furosemida. Obrero de la construcción en piedra, oriundo de las Sierras de Córdoba, Argentina. Exposición a combustión a leña por fogón durante su infancia y adolescencia. Habitualmente realiza faenas domiciliarias.
Consulta en sala de atención primaria en la zona del Valle de Calamuchita por presentar un episodio único de hemoptisis leve. Al examen físico, normotenso y afebril, con rales crepitantes gruesos en campo medio posterior izquierdo, sin insuficiencia cardíaca.
Se realiza radiografía de tórax (ver imagen):
¿Cuál es el diagnóstico presuntivo?
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Las imágenes fueron descriptas como quísticas. También se encontraron quistes hepáticos por ecografía abdominal. Ante la sospecha de hidatidosis sistémica, se solicitó test de ELISA para hidatidosis el cual resultó positivo. Inició tratamiento con albendazol 400 mg c/12 h con buena tolerancia lo que le permitió continuar el tratamiento y el seguimiento del forma ambulatoria en lugar de origen.
La equinococosis humana (hidatidosis o enfermedad hidatídica) es causada por las etapas larvarias de cestodos (tenias) del género Echinococcus. Echinococcus granulosus causa equinococosis quística y es la forma que se encuentra con mayor frecuencia. La hidatidosis es considerada una enfermedad endémica en la República Argentina.
La forma adulta del Echinococcus granulosus (2-7 mm de largo) reside en el intestino delgado del hospedador definitivo. Las proglótides grávidas liberan huevos que se eliminan en las heces y son inmediatamente infecciosas. Después de la ingestión por un huésped intermedio adecuado, los huevos eclosionan en el intestino delgado y liberan las oncoesferas de seis ganchos que penetran en la pared intestinal y migran a través del sistema circulatorio hacia varios órganos, especialmente el hígado y los pulmones. En estos órganos, la oncosfera se convierte en un quiste hidatídico de pared gruesa que se agranda gradualmente, produciendo protoescólices y quistes hijos que llenan el interior del quiste. El huésped definitivo se infecta al ingerir los órganos que contienen el quiste del huésped intermedio infectado. Después de la ingestión, los protoescólices evaginan, se adhieren a la mucosa intestinal y se convierte en las formas adultas en 32 a 80 días. Los seres humanos son huéspedes intermediarios aberrantes y se infectan al ingerir huevos. Las oncoesferas se liberan en el intestino y los quistes hidatídicos se desarrollan en una variedad de órganos. Si los quistes se rompen, los protoescólices liberados pueden crear quistes secundarios en otros sitios del cuerpo (equinococosis secundaria).
Las infecciones por Echinococcus granulosus a menudo permanecen asintomáticas durante años antes de que los quistes crezcan lo suficiente como para causar síntomas en los órganos afectados. La velocidad a la que aparecen los síntomas generalmente depende de la ubicación del quiste. Los signos / síntomas hepáticos y pulmonares son las manifestaciones clínicas más comunes, ya que estos son los sitios más comunes de desarrollo de quistes. Además del hígado y los pulmones, otros órganos (bazo, riñones, corazón, huesos y sistema nervioso central, incluido el cerebro y ojos) también pueden verse afectados, con los síntomas resultantes. La rotura de los quistes puede producir una reacción del huésped que se manifiesta como fiebre, urticaria, eosinofilia y shock anafiláctico.
Las pruebas de inmunodiagnóstico pueden ser muy útiles en el diagnóstico de la enfermedad equinocócica, particularmente junto con las imágenes, y deben usarse antes que los métodos invasivos. La hemaglutinación indirecta (HAI), las pruebas de anticuerpos fluorescentes indirectos (IFI) y los inmunoensayos enzimáticos (ELISA) son pruebas sensibles para detectar anticuerpos en el suero de pacientes con enfermedad quística; las tasas de sensibilidad varían del 60% al 90%, según las características de los casos y los antígenos utilizados. En la actualidad, el mejor diagnóstico serológico disponible se obtiene mediante el uso de combinaciones de pruebas.
En el pasado, la cirugía era el único tratamiento para los quistes equinocócicos. La quimioterapia, la punción del quiste y PAIR (Punción, Aspiración, Inyección de sustancia escolicida y Reaspiración) se han utilizado para reemplazar la cirugía como tratamientos efectivos para la equinococosis quística. Sin embargo, la cirugía sigue siendo el tratamiento más eficaz para extirpar el quiste y puede llevar a una curación completa. Algunos quistes no causan ningún síntoma y están inactivos; esos quistes suelen desaparecer sin ningún tratamiento.